A veces tengo la sensación de que soy un buen recipiente de palabras. Quizas es porque me gusta cuidarlas, tratarlas con mimo, analizarlas, complementarlas… y entonces siempre llega alguien y me llena el recipiente. Ni un cómo estás o necesitas algo ni siquiera tengo algo que contarte, es mas bien un ”ahi te lo dejo”.
Y ahora ¿qué hago yo con ello?